Los propietarios y esposos,  Mario Rosero y Meghan Flanigan, se conocieron y enamoraron a pocas cuadras de Prudencia. Vivieron en Los Estados Unidos algunos años mientras terminaban sus estudios en culinaria y arte contemporáneo, respectivamente. Regresaron a Bogotá con un bebe en camino y el sueño de abrir un restaurante en su viejo vecindario. Están muy emocionados por abrir sus puertas y su deseo es que todos los visitantes se sientan en casa.

Nuestra casa primero fue una casa de familia y un preescolar comunitario y ahora la hemos restaurado conservando sus mayores características históricas, como el inusual trabajo en yeso de la época Republicana. Nuestro vecino y celebre arquitecto Simón Vélez, diseñó todos los elementos nuevos, que incluyen una marquesina en hierro y vidrio soportada por tubos petroleros reciclados. El resultado es un espacio renovado lleno de luz que mantiene la huella del pasado. Meghan y Mario, lograron conjugar el estilo tradicional que encontraron, con su sensibilidad y visión contemporánea y el empleo de artesanos locales para producir todo el mobiliario y los elementos decorativos. En la parte de atrás, contamos con un jardín de hierbas, flores y vegetales; construimos un horno ahumador artesanal y una casa de juego para niños.